Al menos para mi higiene cognitiva, que el "bookmark.html" me ocupa dos megas :-).
Lo de que los hábitos de trabajo intelectual cambian con un buscador (y los respectivos materiales indexados) fue objeto de un trabajo de Nicholas Carr de atractivo título: "Is Google Making Us Stupid?"( en castellano aquí, aunque con el menos catchy título de "¿Qué le está haciendo Internet a nuestros cerebros?"). La semana pasa en elpaís recordaron el debate.
El tema me resulta muy interesante, por al menos tres cosas:
- su relación con el arte de la memoria renacentista que aquí hablan (o con el ars combinatoria llulliana -como dice Knuth en el capitulo 4 (pag 58 de aquí) de su magna obra, en el apartado de historia de la generación combinatoria "modernas técnicas de compresión de datos podrían reducir la producción de Llull a un tamaño menor que la de, por ejemplo, Aristóteles") ;
- ortografía y ortología: para resultar útil en una economía de la atención, no puedo meter párrafos como el anterior, hiperactivos de hiperenlaces; La presentación de material "googleizante" no puede hacerse con las herramientas discursivas tradicionales, y hay que reforzar puntuación, organización, exposición, nubes de tags ... La usabilidad de un texto, su diseño, no es "decoración e interiorismo web", sino parte del proceso mental que se pretende provocar. (Así que hay que leer con inquietud intelectual a Jacob Nielsen y similares)
- gramáticas de la forma: al leer el articulo de Nicholas Carr, vemos una estructura: titulo catchy, frase 'ingeniosa inicial', bloque=(anecdotas motivadoras, exposición de una idea, citas de autoridades que la refrendan), repetir bloque bloque un par de veces, prospecciones, final emotivo. cuando leía de chico algún texto del "Selecciones del Reader's Digest" y podía comparar con el original que resumía ( recuerdo arena de Fredric Brown, por ejemplo, o "el hombre terminal" de Crichton), no solo eran más cortas las frases, mas llano el vocabulario: además la estructura cambiaba para 'aristotelizarse' en planteamiento, nudo, desenlace. O los artículos de información remedaban la estructura de una charla...
La forma tiene una gramática propia, y las nuevas formas expositivas que decía en el punto anterior requieren una alteración de las gramáticas actuales. Sobre cómo una nueva gramática arquitectónica puede reflejar cambios sociales (y politicos) habla aquí Azúa (quejándose de la inhumanidad de las "gramáticas calculadas", los chalets adosados, y la burguesía como poder político)
Escrito por juanlu a las 14 de Octubre 2008 a las 04:18 PM