8 de Diciembre 2006

¡Paparruchas, paparruchas!

Una amiga necesitaba un párrafo para llenar un hueco en un periódico de centro educativo, y ¿qué mejor que la navidad para rellenar? Me pidió, aprovechando que tenía en el ordenador el michelftp indexado por google desktop, algo bonito. Así sin más. Ya se sabe que los buscadores son inútiles con tal inespecificidad (o útiles para reirse). Así que fuimos a tiro hecho: ¡Dickens!

¡Que gótico! el primer párrafo mezcla lo macabro con la ironía:


El viejo Marley estaba tan muerto como el clavo de una puerta.

¡Bueno! Esto no quiere decir que yo sepa por experiencia propia lo que hay
particularmente muerto en el clavo de una puerta; pero puedo inclinarme a considerar un
clavo de féretro como la pieza de ferretería más muerta que hay en el comercio. Mas la
sabiduría de nuestros antepasados resplandece en los símiles, y mis manos profanas no
deben perturbarla, o desaparecería el país. Me permitiré. pues, repetir enfáticamente que
Marley estaba tan muerto como el clavo de una puerta.





Edición con una introducción de Chesterton, precisamente
(aprovecho para bajarme el visor de DjVu)

Parece que la pesadilla de Tim Burton recoge una larga tradición de mezclar esqueletos y navidad.

El caso es que en el cuento de navidad originario no encontramos párrafos aprovechables: niños muertos, explotación económica... Así que buscamos algo de García Márquez y lo despachamos.

Pero me quedé pensando en la navidad y la muerte. ¿Que más cuentos sacarían esta relación? Uno que me impresionó fué el de los regalos de O'Henry, aunque no hay muertos. Y le daba vueltas...

"La Nochebuena se viene,
la Nochebuena se va
y nosotros nos iremos
y no volveremos más."
"¡Y qué verdad es, pero somos tan burros que la cantamos riéndonos..."
Octubre, octubre. José Luis Sampedro
Finalmente, con "El cuento de Auggie Wren", Paul Auster tiene una clave: la repetición. El tomar fotos reiteradas, y viéndolas lo bastante despacio, sacar ...
Si no te tomas tiempo para mirar, nunca conseguirás ver nada. Cogí otro álbum y me obligué a ir más pausadamente. Presté más atención a los detalles, me fijé en los cambios en las condiciones meteorológicas, observé las variaciones en el ángulo de la luz a medida que avanzaban las estaciones. Finalmente pude detectar sutiles diferencias en el flujo del tráfico, prever el ritmo de los diferentes días (la actividad de las mañanas laborables, la relativa tranquilidad de los fines de semana, el contraste entre los sábados y los domingos). Y luego, poco a poco, empecé a reconocer las caras de la gente en segundo plano, los transeúntes camino de su trabajo, las mismas personas en el mismo lugar todas las mañanas, viviendo un instante de sus vidas en el objetivo de la cámara de Auggie.

Quizá mentar a los muertos, la injusticia social, el consumo vacuo, la afectividad impuesta o la nostalgia (o la hiperrealidad ) sean recursos literarios, con la misma finalidad que las fotos: recordatorios de que ver es el camino a sentir.




(aqui la definición métrica de villancico)
(También J. B. Priestley dice cosas sobre el tiempo y los Conway, pero ya está bien por hoy)

Escrito por juanlu a las 8 de Diciembre 2006 a las 10:54 PM
Comentarios

consultar http://elrinconalvysinger.blogspot.com/2006/12/el-cuento-de-navidad-de-auggie-wren.html

Escrito por jl a las 7 de Enero 2007 a las 09:40 PM
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