22 de Octubre 2004

Gente

Cuando uno coje por vez primera una cámara de fotos, se fija en todo con ojos nuevos, con la misma atención limpia que se pone en la lluvia que inaugura el otoño, que se pone en un amanecer o que se pone al aprender a manejar una máquina. Luego el uso gasta esa atención primigenia, de Adán.

Este señor repartió cámaras de fotos desechables entre los niños de Rocinha, una favela de Rio. Aquí lo que vieron los muchachos:

Comparar con las fotos adánicas del voyager

Escrito por juanlu a las 22 de Octubre 2004 a las 11:19 AM
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